en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 25 de junio de 2007

Mi Partido y su crisis -..., II, ...- Annus horribilis

El termino lo empezó a usar la reina Elizabeth II, popularizándolo en 1992, en un discurso en el Parlamento británico, ya que en dicho año dos de sus hijos se divorciaron y se quemó uno de sus castillitos. La reina, que tampoco es especialmente original, recogió el término del título del libro de John Dryden en el que popularizó el título de 'annus mirabilis' en su poemario "Annus Mirabilis: the year of wonders" que data de 1666.

Pero volviendo a lo que nos ocupa... ¿Qué ha pasado en Sopelana en este "Año horrible"?

Primero habrá que reconocer, lo que no es poco para algunos, que lo ha sido, y que lo ha sido para todos. Lo que empezó siendo, según unos, un "mal paso" de quienes vaticinábamos situaciones hasta ahora nunca vividas, ha terminado siendo una catástrofe generalizada, donde se ha constatado que sin una serie de medidas previas, sin una renovación importante de la cabecera y sin un cambio claro y rotundo de formas y de actitudes, el veredicto popular que se nos avecinaba no era para echar las campanas al vuelo.

Ahora, aunque sea inicialmente solo desde el reconocimiento matemático de dos realidades distintas en las dos legislaturas, la anterior y ésta, deberíamos de entender que las soluciones a aplicar a la nueva situación deberán de ser radicalmente diferentes a las viejas formulas anteriores. Tiempo ha habido para mostrar alguna pista que nos lleve a pensar que el mensaje ha sido captado y que las aguas podrán volver a su cauce, pero me temo que, ese preciado don está siendo una vez más desaprovechado.

Esa vieja fórmula que tanto proclamamos de puertas a fuera como la mejor manera de empezar a solucionar los problemas entre humanos, que no es otra que la del "dialogo, dialogo y dialogo", y que creo que deberíamos aplicarla también para empezar a arreglar las averías causadas por el fuerte temporal que hemos vivido, al día de hoy sigue estando sensiblemente infrautilizada.

Y a uno, que es un poco como el agua, en el sentido de que si no encuentra camino por aquí, saldrá por allí, pero saldrá, la falta de "encuentros" no le impedirá mostrar su opinión, y seguiré opinando, aunque de momento sea solo desde mi viejo y querido blog.