en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

sábado, 20 de junio de 2009

Una cosa es ser coherente, y otra, católico.


Los obispos, a través del portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino tachan la reforma del aborto como una "fuente envenenada de inmoralidad" y añaden que "Ningún católico coherente con su fe podrá apoyarla con su voto". Cierto que ni me va ni me viene, pero como sus declaraciones salpican fuera de su organización matizo:

-Los "coherentes con su fe", o con sus creencias personales, pueden apoyar o no con su voto lo que sea coherente para ellos y nadie les puede acusar de no serlo si actúan en conciencia.

-Y otra cosa es que los católicos, los que aceptan la organización actual con sus actuales dirigentes, se supone que aceptan obedecer lo que les manden. El problema que tienen es que como no hay carnets ni listados de afiliados/militantes y mucha gente dice que lo es sin serlo, y además, así prefieren que sea los unos y los otros, pues parece que son muchos y que los jefes hablan para casi todo el mundo cuando la realidad es otra. ¿Si tan jefes se creen, por qué no lanzan un órdago sobre sus supuestas amplias huestes y expulsan a los fuegos del infierno, es decir, fuera de la organización, a los que no les obedezcan?, en eso y en otras cosas, claro (divorcios, anticonceptivos, ...) Sería divertido, por que a lo mejor tendrían problemitas con gente teóricamente super fiel a sus principios (Casa Real, Políticos afamados, Religiosos nada sospechosos y demás gentes de bien).

¿Por qué no se les exige, de cara a las cuantiosas subvenciones que reciben, datos mas exactos de número de miembros como al resto de las organizaciones políticas y sociales que en el mundo conviven?