en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 1 de marzo de 2010

A Iñigo Urkullu, un año después del 1 de Marzo de 2009

Parece que fue ayer cuando un grupo de bloggers nos dimos cita en la sede de EiTB, una vez cerradas las urnas, y estuvimos comentando y twitterando los resultados y sus consecuencias según iban facilitándose.

Recuerdo que algunos tardasteis varias horas en reaccionar y en reconocer la realidad de la consecuencia de los resultados. Aquella noche casi todos sonreíais ante las cámaras, (excepto EA e IU que no tenían motivo alguno para hacerlo), bien porque no os lo creíais, bien porque pensabais que "los otros" no iban a tener el valor de hacer lo que sospechabais.

La segunda reacción, días mas tarde, fue la de rasgaros las vestiduras y definir el "proceso de acuerdo de gobierno" que parecía que estaban sellando "los otros" como una traición a las mas altas y sagradas estructuras de la democracia vasca. E hiciste amago de intentar alguna maniobra de salvar los muebles. Pero tardía.

Más adelante, el proceso de ha caracterizado por una de cal y otra de arena. Por un lado apoyando a los socialistas en Euskadi y en Madrid para aprobar los presupuestos. Por otro lado apoyando a la "izquierda abertzale predemocrática", en aquella extraña convocatoria donostiarra, ¿te acuerdas?, aunque tú mismo renunciaste a ir a la manifa.

Sin duda, el Iñigo que parecía tener su oportunidad para tomar decisiones importantes ha sido incapaz durante todo este periodo de despegarse de su reciente pasado, del que sabemos discrepas, al menos, en privado. 

Temeroso de dejarle un minuto solo al apasionado y visionario alderdikide Joseba, con cuya estrategia política sabemos que no coincides, aunque ante los micrófonos tengas que decir lo contrario. Consciente de que una gran parte de la militancia, fundamentalmente la que se deja regir por el corazón, le sigue de manera mucho mas apasionada a él que a tu triste y aburrida manera de transmitir tus mensajes. Sabedor de que las ideas centradas y consensuadas son las que desean que salgan adelante la mayoría de los "votantes" del PNV y de que con la linea política actual los estáis perdiendo. Consciente de que tienes mucho que mejorar en las relaciones personales con el actual partido en el gobierno. 

Sabedor de todo lo anterior, este fin de semana, cuando tanto partidos como prensa en general han recordado los resultados de hace un año y sus consecuencias, has perdido dos grandes oportunidades de dejar un mensaje esperanzador a los que creemos que la sociedad vasca sigue necesitando del trabajo conjunto de PNV y PSE-EE.

Por un lado el sábado, tal como relato en mi blog de Educación, desaprovechaste un momento genial para resaltar los grandes puntos en común con la actual administración educativa, esa administración que el partido que presides ha renunciado una y otra vez a dirigir.

Por otro lado, el domingo has seguido dejando claro tus preferencias, (quizás no te quede más remedio para mantener la "¿unidad?" del partido), por la épica política, que solo lleva a la confrontación y al desengaño, presentando alternativas, otra vez, de nuevas, aburridas e imposibles reformas estatutarias si no se basan en amplios consensos previamente trabajados, en hipotéticos derechos a decidir, en huecos sistemas bilaterales de garantías. En definitiva, en las últimamente típicas formulaciones vagas, supuestamente dirigidas a un mundo que  no es el que te corresponde, y sobre todo, mientras no se haya trabajado previamente el consenso. Fijate un poco en lo que está pasando en Catalunya con los referendums. Bajísima participación.

Y mientras tanto, tus alderdikides guipuzcoanos seguían dándole importancia suprema a la guerra de las banderas, sin darse cuenta que, probablemente, no es, ni de lejos, el principal problema, ni entra en el top40 de los problemas cotidianos de los ciudadanos de Gipuzkoa.

En definitiva, o pones orden y concierto, o te veo pasando a la historia como el presidente que consiguió que un partido "de orden y gobierno" pase a representar, eso sí, en la oposición pura y dura, las ideas hasta ahora simbolizadas en el abertzalismo radical.