en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

viernes, 20 de agosto de 2010

Reinserción sí, así.

La petición de perdón personal a las víctimas familiares es algo necesario, pero se precisa además el reconocimiento de los lazos públicos rotos por el asesinato. Así lo comentó Joseba Arregi en su artículo del fin de semana en elcorreo.com

Afirmar el derecho a la reinserción significa que el preso ha dejado de estar inserto en algo, que ha roto lo que le mantenía inserto en algo, significa el reestablecimiento de los lazos que le sitúan de nuevo en la sociedad, para lo cual se necesita el convencimiento de la sociedad de que el preso ha interiorizado lo que significan esos lazos y su ruptura.

Cuando un miembro de ETA mata a un vecino porque no es suficientemente vasco, porque representa la institucionalización del pluralismo -Estatuto y Constitución-, porque encarna la reforma aprobada por la mayoría de los vascos y no la ruptura revolucionaria, no rompe simple o genéricamente los lazos que constituyen la sociedad, sino que rompe lo que califica a esa sociedad como sociedad política, como sujeto político, rompe con la gramática que regula la conversación pública de esa sociedad, su convivencia pacífica.

La reinserción en el caso de los presos de ETA exige la vuelta a insertarse en aquello que rompieron con su asesinato, en lo que constituye la calidad política de la sociedad cuyos lazos políticos, cuyas características políticas, cuyo lenguaje político, cuyas instituciones políticas quebraron por medio del asesinato.