en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 23 de mayo de 2013

Aznar y el fantasma del pasado

Lo de Aznar ayer en Antena 3 precisa, posiblemente, más de un análisis psiquiátrico que periodístico o político. No se pueden interpretar sus palabras sin comprender qué le mueve, qué resortes han provocado que siembre de minas la acción del Gobierno de su partido y de su sucesor, Mariano Rajoy.

Y salta a la vista que Aznar necesita justificarse.
Primero, como presidente del PP. Las investigaciones judiciales tanto en el caso Gürtel como en el caso Bárcenas amenazan con destruir la imagen de Aznar como ejemplo de rectitud y transparencia, cuando alrededor de su despacho de Génova se cruzaban -presuntamente- comisiones opacas y sobresueldos. 
Segundo, Aznar necesita reivindicarse como "autor del milagro económico del 96" (Gloria Lomana dixit). A estas alturas de la crisis, sus aciertos económicos quedan seriamente empañados por sus errores: la burbuja inmobiliaria se gestó y se infló gracias a las decisiones de su Gobierno, entre otras esa Ley del Suelo.
Tercero, Aznar necesita limpiar su imagen de hombre austero y honrado. La boda de su hija Ana con Alejandro Agag, en la que tan impúdicamente mezcló sus asuntos familiares con los públicos, le pasa ahora una factura que va mucho más alla de los 32.452 euros en iluminación que Francisco Correa le regaló al novio. El País publica hoy el número de invitados a la ceremonia de El Escorial que están actualmente imputados en distintos casos por corrupción: 18.
Cuarto: "Yo soy tu padre". Aznar ningunea a Rajoy, acusa al Gobierno de no tener programa, mete prisa para que baje los impuestos ya y le emplaza a que reforme todo lo que no ha reformado aún. Aznar, que descartó a Rodrigo Rato y a Jaime Mayor Oreja como sucesores, siempre vivió como una herida la derrota del PP en 2004, tras la pésima e infame gestión de los atentados del 11-M, de la que él es el principal responsable. 

¿Volverá Aznar a la política activa? Lo dudo mucho. De lo que no me cabe duda ya, tras escucharle ayer, es de que Aznar es el peor expresidente de la democracia. No sólo torpedeó al Gobierno de Zapatero -cuestionando la credibilidad y viabilidad económica de España en momentos muy delicados-, sino que ahora embiste contra Rajoy. Aznar tiene un serio problema, personal y político. No se puede vivir con tanto veneno dentro.