en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Cuatro alternativas y solo una solución

Ayer a la mañana pude gozar de un entrañable desayuno en el que entre otras cosas comentamos sobre las diferentes opciones que se suelen adoptar ante una misma situación y cómo estas, a veces, estan estrechamente relacionadas con la psicología diferencial de hombres y mujeres. Mikel lo explica muy claramente es su post, que publicó ayer mismo, y no voy a entretenerme en repetir la historia y la argumentación, pero si quisiera realizar una reflexión extrapolable al mundo de la política.
Cuando un proyecto, o un partido, vive momentos de tensión puede adoptar cuatro diferentes alternativas :
-Huir, lo que entendemos como echarse al monte y soñar desde la frondosidad y la distancia sobre la posible vuelta al "hogar".
-Enfrentarse al enemigo, con todo lo que implica una situación de guerra y enfrentamiento. Nadie sale ganando y en todos los casos uno pierde mas que el otro, no siendo siempre predecible al principio quien será quien al final de la última batalla.
-Cabe la posibilidad de hacerse el muerto, de cerrar los ojos, de no reconocer la realidad y con un poco de suerte, ser despreciado por el entorno, posible atacante incluido, y así sobrevivir, aunque sea tristemente.
-Asumir la realidad, entender la complejidad de la situación, hablar, escuchar, en definitiva dialogar y negociar con el objetivo de llegar a un acuerdo que evite la victoria de uno sobre otro, la exclusión de una parte, algo que solo asegura otra futura confrontación cuando los últimos perdedores se recompongan.
Cuatro posibilidades, cuatro alternativas de las que solo la última merece mi apoyo y consideración, sobre todo si hablamos de política.