en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 21 de enero de 2010

Lecciones de la desgracia de Haiti

Ser progresista o de izquierdas no significa comulgar con todo lo que dicen algunos izquierdistas. El “NO a la Guerra” lo extrapolan al “Fuera Ejércitos”. Enrique Meneses lo explica perfectamente en su blog. Haiti acaba de demostrar dos cosas muy importantes:

1) Cuando cunde el desorden, solo la disciplina militar y las armas pueden restablecerlo. Lo importante es que las intenciones de sus dirigentes políticos sean democráticas y no aspiren a perpetuar una ocupación prevista como temporal.

2) En circunstancias de excepcional gravedad, la intervención rápida es de una urgencia vital. El caso de Haiti es un buen ejemplo. Un mando único, como es el que tiene en sus manos Barack Obama, avalado por la unanimidad de dos antecesores suyos, Clinton y Bush Jr., convierten la intervención, militar y humanitaria, en expeditiva.

Por otra parte, añado dos consideraciones de mi cosecha. La excesiva proliferación de ONGs, que en estas situaciones aparecen como setas en otoño, con todos los respetos, y sin quitar una pizca del mérito de muchos de sus colaboradores, no facilita la coordinación en este tipo de tragedias. Y lo mismo, el envio de quince ertzainas por aquí, 25 policias por allí, 30 munipas desde nosedonde y 40 desde poralá tampoco creo que sea la mejor manera de mantener coordinadas las actuaciones ante estas tragedias.

No se me entienda mal. No digo que no vayan. Digo que la coordinación debe de estar previamente establecida, pactada y organizada entre todas las entidades mundiales que en un momento dado puedan ser susceptibles de ser llamadas a entrar en acción en función de la decisión de un único mando central coordinado y, también, previamente acordado.

Y por último, debería de estar prohibido que en tragedias como la que se nos está contando estos días, cuando lo urgente es que militares, médicos y personal de salvamento acudan lo mas rápida y coordinadamente posible, los políticos y, en este caso, políticas, acudan para hablar ante las cámaras. Sobran claramente.

Termino como empiezo. En este caso, y sin que sirva de precedente, alabando a los ejercitos, en concreto, al americano, que ha sido el único que ha sabido y podido poner un poco de orden entre tanta anarquía. Y concluyo con unas preguntas que también se hace Enrique : ¿Podría España ayudar militarmente a Colombia contra las FARC y el narcotráfico? ¿Puede Europa por si sola acabar con la piratería de Somalia?

Me considero de centro-izquierda pero no soy un ingenuo.