en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 4 de marzo de 2010

¿Debería Arnaldo alegrarse de las últimas detenciones?






La clase magistral que el amigo Thooby nos ofrece desde su blog nos puede llevar, sin ninguna duda, a plantearnos tan curiosa cuestión. Observen:

Supongamos que tenemos dos organizaciones siamesas es decir, dos organizaciones que aun siendo diferentes comparten "órganos y circulación sanguinea" y que en definitiva comparten su futuro. De manera que dificilmente (tal vez imposible) pueden hacer otra cosa que tener en cuenta a la otra parte.

Supongamos que las dos organizaciones, que llamaremos organización púrpura y organización verde tienen dos caminos de actividad: el camino A (la violencia) y el camino B (la politica). En la organización púrpura el sectorA  es mayoritario y en la verde el B. Hasta ahora esos dos caminos se podían seguir independientemente. Lospúrpuras por un lado y los verdes por el otro. Pero en este momento resulta imposible.

 

¿Qué salidas quedan? Una es la operación de separación. Sabemos que las separaciones de siameses son peligrosísimas y que dificilmente sobreviven las dos partes vivas, siendo muy corriente que las dos fallezcan. Muchas organizaciones pueden entrar en un camino hacia el suicidio, pero eso sucede cuando se cree que no existe otra salida.

Hay otra posibilidad. Que en la organización verde el sector B deje de ser mayoritario y que por tanto el sector Adomine tanto en la organización púrpura como en la verde. O que por el contrario en la organización púrpura el sector A deje de ser mayoritario y que por tanto el sector B domine tanto en la organización púrpura como en laverde. Es decir que haya un cambio de las mayorías.

Añadamos un dato más la organización púrpura es una organización clandestina cuyo mecanismo principal de cambio de opinión es  o bien el abandono voluntario o forzoso de la organización o la incorporación de nuevos elementos. En cuanto a la organización verde es relativamente sensible a lo que piensa el resto de la sociedad.

Teniendo en cuenta estas consideraciones mi conclusión es que 
Arnaldo Otegi debería estar muy contento de las últimas detenciones que ha habido en Francia.
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