Josu Erkoreka, ha considerado, en una entrevista concedida a EFE, y tal como lo contaba ayer DEIA, que "a estas alturas" una tregua de ETA "sirve de poco" y que "todos" exigimos a la organización terrorista el "abandono definitivo de las armas", que es ya "lo único que vale"- También ha señalado que después de dos treguas "estrepitosamente rotas por ETA" en la última década, la de 1998 con la Declaración de Estella y la de 2006 con las conversaciones del PSOE con la izquierda abertzale, lo "único que vale" es "hablar ya desde la paz".
"Nadie aceptaría una tregua de ETA condicionada a unas conversaciones de futuro incierto, todos exigimos el abandono definitivo de las armas por ETA, a partir del cual podríamos iniciar conversaciones para asentar una paz, pero ya real y confirmada, no unas conversaciones para encauzar caminos a una paz no consolidada", ha añadido. Algo que, en mi opinión, los dirigentes de Eusko Alkartasuna parece ser que lo ven de manera muy distinta.
Por ello, ha dicho que "las circunstancias han superado" la resolución del Congreso de 2005 sobre un final dialogado de la violencia terrorista, pese a que ese acuerdo parlamentario no haya sido revocado y tenga unas "bases muy cabales, inspiradas en el Pacto de Ajuria Enea". Tras el fracaso de esas dos treguas de ETA, Erkoreka ha dicho haber "abandonado" la "credulidad", por lo que sigue. al igual que lo hacemos muchos otros vascos y vascas, "con mucha distancia y cautela" el acuerdo entre Eusko Alkartasuna y la izquierda abertzale.
"¿Será capaz la izquierda abertzale de hacer lo que hasta ahora no ha sido capaz de hacer?, ¿Si no es capaz de hacerlo, reconocerá EA su error y se apartará?, ¿Está siendo EA leal a sus principios fundacionales de mediados de los años 80?", son las preguntas que ha planteado el portavoz jeltzale sobre este asunto y que la mayoría creemos que sus sucesivas respuestas empiezan por N.
Erkoreka ha criticado que hasta ahora no ha habido "ninguna condena o reprobación" de la izquierda abertzale del ataque con cócteles molotov a la subcomisaría de la Ertzaintza en Agurain del pasado jueves. Y eso sí que sería una prueba de "evolución". No las simples promesas de hacerlo. Tal como él lo indica, "ésa es la prueba de fuego para clarificar si es real que toda posible eventualidad estaba calculada y que no iba a haber ninguna duda en el sentido de que la ruta a seguir está desprovista de todo componente vinculado con la violencia" y, desgraciadamente, todavía, seguimos a la espera.
