en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

sábado, 10 de septiembre de 2011

La vuelta de La Vuelta

La fiesta de la bici que vivió ayer Bilbao y que hoy se contagia a Vitoria.Gasteiz , sin duda, deja algunas reflexiones en el camino que quiero compartir en este blog.


Igor Antón convierte el regreso de la Vuelta a Bilbao en una fiesta

Desde que los nuevos vientos políticos en el País posibilitaron que las cosas se planteasen sin tanta carga ideológica y con mas deseos de calmar los ánimos, reivindicar la normalidad y potenciar lo que nos une ante las posibles e inevitables divergencias cotidianas,  la posible "vuelta de La Vuelta" a Euskadi se planteaba como un reto ante el que partidos y algunas organizaciones ciudadanas mostraban tres actitudes claramente diferenciadas.

->Los que lo veíamos como una buena noticia. Símbolo inequívoco de fases superadas que iba a permitir por un lado gozar del ciclismo de élite a la gran masa de aficionados a este deporte, así como mostrar ante las cámaras de las televisiones los paisajes y las posibilidades turísticas de nuestra capital metropolitana y su entorno.

->Los que veían la provocación, la violación de derechos, la intromisión, los que se rasgaban las vestiduras ante la posibilidad de que un acontecimiento de estas características pudiese ser interpretado, hasta por sus propios seguidores, interesante y positivo. Los que viven cómodos en la confrontación y no pueden soportar un encuentro deportivo en el que sobren interpretaciones propias de su mundo del XIX.. Vayan donde vayan sacaran sus reivindicaciones como si el resto del mundo les siguiese su rollito.

->Los que en el fondo ven razonable la primera opción pero el cuerpo les pide que la segunda sea protagonista de alguna manera para poder seguir "vendiendo" su intermediación caduca y a todas luces innecesaria. Ls que solo aceptaban el tema con la boca pequeña, no vaya a ser que fuesen "malinterpretados" por colegas de su entorno.

En fin, ha triunfado la normalidad bien entendida, sin histerias, y espero que la etapa de hoy confirme que somos un País normal, o en vías de normalización, que apoya y celebra los actos deportivos de importancia internacional que pasan por su territorio y que ha abandonado definitivamente sus pajas mentales. Amen.