en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 5 de febrero de 2012

¿Por qué se quiere tanto al lider? (Papa, Presidente, Guía, ...)

El fondo del asunto está en el miedo que todos le tenemos a la libertad. Sí, es así, por más sorprendente que pueda parecer. No nos cansamos de repetir que queremos ser libres, cuando en realidad lo que más tememos es ser libres de verdad. 

Como es bien sabido, la genialidad de F. Dostoyevsky lo supo formular en su famoso discurso del “Gran Inquisidor”, en “Los Hermanos Karamazov”: “no hay ni ha habido jamás nada más intolerable para el hombre y la sociedad que ser libres”. Por eso la gente ama apasionadamente a quien les quita de encima el peso insoportable de tener que enfrentarse cada día y en cada situación al sobrecogedor problema de pensar por sí mismos, decidir desde ellos mismos, asumir  ante cada ser humano la propia responsabilidad. Mucho se ha dicho sobre el “miedo a la libertad”. Pero nunca llegaremos a tocar el fondo del problema. Porque, en definitiva, es el  problema insondable del ser humano que sólo en el encuentro con su propia humanidad es donde puede encontrar la trascendencia que todos (quizá sin saberlo) tanto anhelamos.

Benedicto XVI ha censurado a los que quieren “ser como dioses” decidiendo ellos lo que está bien y lo que está mal. Según el mito bíblico del Paraíso, esa aspiración a “ser como Dios en el conocimiento del bien y del mal” (Gen 3, 5) es la tentación básica de todo ser humano. La tentación que se vence, no aspirando a una presunta “divinidad”, sino encontrando nuestra propia “humanidad”. Lo que conlleva, como es lógico, nuestra propia libertad. El catolicismo es la religión que ha cargado sobre los hombros de un solo hombre, el papa, la asombrosa responsabilidad de ir por el mundo liberando a la gente del peso insoportable de la libertad de pensar, de decidir y de actuar. Por eso hay tanta gente que cuando ve a ese hombre lo quiere apasionadamente con un amor sin fin.

Pero esto que de manera tan razonable se explica en el artículo de Jose Mª Castillo preguntándose por qué se quiere tanto al Papa, puede extenderse al lider político, al partido "guía", e incluso al equipo de fútbol. Hay gente que no se atreve a criticar y/o a expresar con claridad su opinión, porque no quiere ver en peligro su estancia en el rebaño correspondiente, sea Iglesia, partido político o club de fútbol y prefiere oir a su lider para saber después lo que tiene que opinar conjuntamente con el resto de sus "compas". De esta manera es mucho mas fácil opinar sobre la eutanasia, la autodeterminación del pueblo vasco o sobre si fue o no penalti la jugada del domingo.