en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

martes, 27 de marzo de 2012

La huelga general del jueves 29, ¿Si o No?


Confieso tener una “lucha interior” que se me ha ido planteando por una serie de cuestiones a las que personalmente intento responder, si bien, quiero compartir mis opiniones con quien lea esto con el fin de saber si hay alguien que me pueda dar, sinceramente, una respuesta distinta a las mismas:



-”¿Pa qué?”  -”Pa ná”.

“Para protestar por la situación actual”. “Que la crisis la paguen los que la han creado (la banca, ….)”. “Para reivindicar un marco de soberanía política y económica” (Aralar).

Protestar es una saludable muestra de necesidad de desahogo pero, en este caso, poco más. Los diferentes partidos que rigen las distintas administraciones europeas no van a salirse ni un ápice de lo que les marquen, gobierne quien gobierne y, siendo esto así, creerse todavía lo de la “soberanía”, en este mundo globalizado es, cuando menos, desde mi punto de vista, claramente irreal.


-¿Quién convoca? y ¿Qué busca?

Aunque la primera noticia de la misma nos la dió el mismísimo Rajoy desde Bruselas, en una declaración, en mi opinión, provocada y a posta, han sido las diferentes organizaciones sindicales, algunas obligadas por los propios liberados ante sus jefes al grito de “algo tenemos que hacer ya ¿no?”, las que, aparentando una falsa unidad sindical, se arrancaron con la convocatoria como quien sube al monte diciendo que “si hay que subir se sube, pero subir pa bajar, …”.

Saben a ciencia cierta que no va a servir para nada, excepto para el desahogo de unas horas por parte de algún “creyente” de sus slóganes.

-Antes balcanizados que islandizados.

Sin duda, como en el cuento de la cigarra y la hormiga, cuando llega el invierno en forma de crisis, siempre nos acordamos de las pequeñas trabajadoras, representadas  por el norte de Europa. Bien. Pero en esta vida hay que ser consecuentes y si hemos vivido como cigarras (impuestos bajos, ladrillo por las nubes, generalización de subvenciones desproporcionadas a los recursos realmente existentes, rechazo a determinados trabajos que tenían que ser cubiertos por emigrantes, despilfarro institucional, robo a espuertas por parte de gobernantes y círculos próximos a altas instituciones del Estado, …) ahora nos toca bajar algunos escalones en nuestro nivel de vida en general, con respecto no solo a otros países europeos sino dentro de la escala mundial. (Brasil, India y China, entre otros, también quieren parte del pastel que hasta ahora lo disfrutábamos entre cuatro).

Y entre nuestros convocantes, cuando alguien les pregunta “¿cuál es la solución?” rápidamente se apuntan a la fórmula de esa isla europea, aislada y llena de nieve, de nombre Islandia, y que ha conseguido sacar el dedo parcialmente a poderes fácticos internacionales y sentar en los juzgados a banqueros y a la más alta representación institucional. Pero quien en principio se crea que en España, en 2012, eso es posible, que se autopellizque donde quiera y se despierte. Antes nos balcanizan que permitirnos seguir los pasos islandeses. Suena fuerte, suena trágico, pero si al perro de presa le aprietas los testículos con una mano y con la otra le quitas la comida que cree que es suya, casi casi al 100% de posibilidades, que en breves segundos sientas sus fauces en tus carnes.

-Gobierno … ¿Fascista?

Y es que en reuniones de estos días he oído llamar así a los gobiernos que oficialmente nos gobiernan. Y claro, uno se pone a recordar un poco y ve que por falta de elecciones no será, y el pueblo “soberano” elije una y otra vez a partidos que defienden las medidas que se discuten en la huelga. ¿Es razonable votar PP en las generales o en las andaluzas sin ir mas lejos, y luego apoyar la huelga general? El PSOE, matiz arriba, matiz abajo, hubiese hecho idem de idem. CiU apoya claramente las medidas del PP y el PNV, aunque más disimuladamente, dejando que sea Rajoy quien aparentemente realice el trabajo sucio, también. Y esto es lo que hay. Si la gente elige a estos partidos, ¿es razonable plantarles cara, cuatro días después de elegirles, con una huelga política? No suena razonable ni congruente.

-El Athletic

Y ahora resulta que la huelga y la afición chocan a la tarde. Si la convocatoria es de 24 horas, y a la mañana se les pide a fábricas, colegios, comercios y trabajadores en general que paren y se solidaricen con la misma, … ¿Qué pasa con las televisiones y los bares que abran sus puertas para que se consuma mientras vemos el partido del Athletic? O ..., como oponerse al “opio del pueblo” no es populista, ¿actuaran como la Iglesia Católica en sus buenos tiempos?, ¿se sacarán bulas especiales, para permitir el disfrute del personal tras la ardua jornada revolucionaria? Me consta que ya las están repartiendo.

-Y entonces … ¿qué?

Y tras todas estas preguntas con respuestas tan … “desoladoras”  … el abanico de posibilidades sigue siendo el mismo porque, … ¿Para qué voy a hacer mala sangre, enfadarme con unos o con otros, si por unos euritos (unos cuantos, eso sí, que solo nos damos cuenta cuánto ganamos cuando nos descuentan un día de huelga) me quedo en casa, aprovecho a ponerme al día en esto o lo otro y mañana será otro día.

Pero por otro lado, ¡qué narices!, y ¿por qué tengo que hacer lo que no me apetece? ¿por qué tengo que comulgar con ruedas de molino? A estas alturas de mi vida, con el “culo pelao” y con algún “arañazo que otro” en mi historial, el cuerpo me pide, una vez más, no hacer caso a voces de sirena que de antemano sé que no existen. A ver lo que pasa.