en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 9 de julio de 2012

06-Huida al norte


         Fueron llegando puntualmente los comensales. Personas de diferentes oficios e incluso de diferentes nacionalidades. Julen era profesor de instituto. Otro era policía municipal, otro abogado, otro empleado de banca, una amiga que trabajaba en el ayuntamiento, otra que dirigía una agencia de viajes, una dependienta del Corte Inglés y la última era una brasileña que había llegado a España, a Bilbao, hacía solamente tres años y que se ganaba la vida como prostituta de lujo. La chica estaba de lujo. Tenía menos de treinta años, unas tetas espectaculares, un trasero de ensueño y era mulata. ¡Qué más podía pedirse!

Cada día laborable
un capítulo (6/35)
         Habían sido convocados a las nueve, un horario de cenas más europeo que español, así podía alargarse la sobremesa y los comensales consumirían más copas, gracias a lo cual los anfitriones podían ganar más dinero. El menú de esa noche consistía en tres ensaladas distintas, una con base de lechuga, otra con espinacas y la tercera con pasta. Luego había sopa y de tercero un tallín de pollo abundante y especiado que haría las delicias de los aficionados a la comida  del norte del vecino continente del Sur. De postre había café y un bizcocho elaborado lentamente en el horno e impregnado de generosas cantidades de alcohol. Todo ello regado con cerveza y vino, a gusto del comensal. El precio de ese menú era de treinta euros. A parte estaban las copas. En total habían calculado ganar más de doscientos euros esa noche, cien para cada uno. 

         A Julen le tocó sentarse con el abogado, la dependienta del Corte Inglés y con la funcionaria del Ayuntamiento. Buena compañía, aunque él hubiera preferido sentarse junto a la llamativa brasileña, centro de atención de cuantos estaban en el recinto, fueran hombres o mujeres. Realmente era una mujer espectacular. Ella lo sabía y disfrutaba llamando la atención de quienes la rodeaban. En más de una ocasión Julen fue sorprendido durante la cena observando detenidamente sus  movimientos.

-¿Quieres cambiar de mesa? –le preguntó el abogado bromeando.

-No, no, -se sonrojó. –Estoy bien como estoy.    
(Cada día laborable, un capítulo)