en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 21 de enero de 2013

Política, corrupción, clientelismo, ... dificil solución.


"Siempre he defendido a los políticos. Creo que la mayoría de las personas que se dedican a la política son honradas y que procuran, con su trabajo, que a la gente le vaya mejor. Entre las motivaciones para dedicarse a esa actividad y para competir en las contiendas electorales e internas, no falta la de aspirar a ejercer el poder. Como animales sociales que somos, los seres humanos entablamos contiendas por ocupar los puestos más altos de la jerarquía. No hay razón para que deba rechazarse esa pulsión. Al contrario, forma parte de nuestra naturaleza y debe aceptarse como algo natural.
Los problemas llegan cuando las motivaciones mutan, cuando el poder se convierte en el fin que justifica cualquier medio, o cuando el propio poder pasa a ser el medio para alcanzar fines que no le son propios, como el enriquecimiento ilícito, por ejemplo." Así lo afirma Juan Ignacio Perez en la prensa del fin de semana y estoy totalmente de acuerdo con él. 
Y ocurre, en este caso lo escribe Aulestia también este fin de semana, que "los partidos que acceden a la gestión de las instituciones aplican con absoluta naturalidad el nepotismo ideológico o de clan". Y en esto no se salva ningún partido, ni en Euskadi, por mucho de que algunos no quieran terminárselo de creer. "Curiosamente, el gobierno de los mejores es siempre el de los más fieles. El clientelismo forma parte del poder y es garantía de su perpetuación. Se trata de un lugar común para el ciudadano medio que sabe que nunca formará parte del amplísimo círculo de los nombramientos de confianza si no es entregándose a él. Esta privatización del espacio público es una forma corrupta y corruptora en el ejercicio del poder que se encuentra en la base de otras manifestaciones más llamativas". Y "Cuanta más gente cree beneficiarse de tal estado de cosas más duraderos se vuelven el poder y la corrupción". Dificil solución.