en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

martes, 11 de marzo de 2014

10 años del 11-M

La fecha de hoy sin duda, 11 de marzo, marca el tema de la jornada.
En mi opinión debe de ser un recordatorio de varias cuestiones diferentes 
que nosotros en su momento las vivimos entrelazadas, demasiado mezcladas,
y que el tiempo y la distancia nos permiten analizar, discernir,
con mas tranquilidad y con menos tensión:

-lo primero, sin duda, sigue siendo, condenar la violencia,
llámese terrorista, militarista, da igual,
matar, asesinar a gente inocente
alegando motivos políticos o religiosos, siempre es condenable. Repugnante.

-lo segundo, sería recordar cómo 
ante situaciones tan repugnantes como esta,
siempre hay gente que intenta sacar ventaja
utilizando el "no hay mal que por bien no venga"
cabalga sobre la noticia,
bajo el convencimiento de que "el fin justifica los medios",
y disfrazados de plañideras, busca sacar ventajas para sí
de la desgracia ajena, mintiendo descaradamente si es imprescindible
o simplemente porque mejora y redondea su estrategia política.
La famosa frase de "que la verdad no te impida sacar un gran titular"
fue en aquella ocasión también utilizada por quienes de la desgracia ajena 
quisieron convertirla en el último escalón triunfante 
de una campaña electoral que daban por ganada.

-y lo tercero a señalar sería el hecho de que afortunadamente, 
las redes sociales en aquel momento también, 
no como las que conocemos ahora, 
pero también han existido antes de las actuales twitter y compañía
en las que estamos enfrascados,
consiguieron acelerar el desenmascaramiento 
de los mentirosos, troleros y tramposos,
y antes de lo que ellos esperaban 
pasaron de ser héroes protectores del pueblo
a descarados mentirosos dispuestos a todo por mantener el poder,
y así, lo perdieron.

Hoy, como homenaje a las victimas,
traigo una canción de la Oreja de Vagh.
Cuenta  la canción la historia de una pareja de adolescentes 
que viajaba en el tren asiduamente en ese horario,
que allí se enamoraron
y que justo en el viaje en el que se reconocieron su afecto y su amor
entraron en un túnel oscuro del que nunca volvieron a salir.