en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

viernes, 17 de noviembre de 2017

No hubo choque de trenes, como anunciaban los agoreros, sino un solo tren embistiendo ciego contra los topes de la Constitución.

elpais.com/2017/11/15/opinion
Tratemos el asunto con seriedad. No hubo choque de trenes, como anunciaban los agoreros, sino un solo tren embistiendo ciego contra los topes de la Constitución. No hubo algaradas sangrientas, no hubo multitudes impidiendo a la Guardia Civil desalojar al President y a sus consellers, no ardió Cataluña por encarcelar a nadie ni aplicar el 155, ni siquiera los tractoristas han metido la reja del arado en el asfalto de las autopistas, como deseaban. 

No ha pasado nada de esto, nada de todo aquello con lo que amenazaban si se hacía cumplir la ley. Sólo hemos visto un rosario de actos grotescos, churroreferendos, recuento de votos en las iglesias mientras la feligresía cantaba meliflua el himno de la Moreneta, votaciones secretas en el Parlament, alcaldes levantando sus varas como en un musical del Paralelo, “butifarradas por la dignidad” y, como final de traca, la huida de Puigdemont y parte de su gobierno a Bélgica con el propósito de fundar allí no se sabe si la República de Saló o la corte de Carlos VII.